En la Edad Media el diablo estaba presente en casi todos los lugares y ciudades de Europa. Miles de acusaciones y de procesos del Santo Oficio por brujería, hechicería y prácticas supersticiosas, nos ofrecen un panorama lleno de fenómenos sobrenaturales y mágicos, donde las brujas, hechiceras, envenenadoras, hechiceros, curanderos, nigromantes y astrólogos son los protagonistas principales de este mundo invisible y contrario a la fe.

La caza de brujas estaba servida en toda Europa y muchas personas acusadas de estos crímenes contra Dios morían sin piedad bajo las llamas del fuego. En España, en medio de las persecuciones contra los judío-conversos y los herejes, por parte de la Inquisición de los Reyes Católicos, las cosas eran diferentes que en Europa. Y concretamente en Valencia, ya que más que acusaciones por brujería asistíamos a delitos y procesos por «metizines» y «fetilleres».